Para ser un gran amigo, debemos ser capaces de compartir momentos duros y dolorosos y solidarizarnos con nuestro amigo. Comprender con ellos el dolor, la tristeza, el sufrimiento; para intentar así sacarles una sonrisa o simplemente tranquilizarles en los momentos difíciles. También tenemos que estar con ellos en los momentos alegres y cada vez que estemos con ellos aprovechar ese día como si fuera a ser el último de nuestras vidas, porque no sabemos cuando nuestro corazón dejará de latir para siempre, ese momento en el que nuestra alma conseguirá escaparse de su cárcel y vagar por el cielo, sin límites, sin preocupaciones, libre, completamente libre sin pensar en lo que hace, simplemente dejándose llevar por la tranquilidad y por la paz interior que ha logrado.
Preocúpate de no perder a tus amigos, porque pocas cosas son tan grandes como la amistad y a la vez tan limitadas como la palma de nuestras manos.
Carpe diem...
Yo soy tu amigo, te hacen unas patatitas bravas hermano?
ResponderEliminarme hacen 2 patatas bravas brother jejejeje
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